Mariví, la madre de Expedito, encargó esta mesa sin que su familia, marido e hijos, supieran nada, así que os podeis imaginar las caras que pusieron todos ellos cuando entraron al restaurante y se la encontraron.
Las rayas en celeste y blanco fueron el fondo de todas las manualidades, sin ningún motivo más que la Primera Comunión.
En esta ocasión preparamos galletas con forma de cruz, con una palomita en el centro y otras redondas con un cáliz para los invitados mayores, y unas redondas pequeñas, con la misma palomita para los niños. Del cáliz no encontramos cortador, así que Begoña los hizo uno a uno, juntando figuras geométricas y con mucha paciencia.
Los mini cup-cakes estaban personalizados, con el nombre y la fecha,
como los cubiletes de palomitas,
las galletas pequeñas,
las que le hicimos con su nombre,
y los cake-pops
Al final, con las nubes, los chicles, las gominolas, los pompones, la guirnalda del frente, todo en azul y blanco, la mesa quedó así de bonita, o por menos eso nos pareció a nosotras.